Las dos películas con las que Peter Jackson continúa su labor de adaptación cinematográfica de las creaciones de J.R.R. Tolkien serán pioneras.
Los 24 fotogramas por segundo se han quedado pequeños para captar toda la magia, al aventura y la emoción que podremos disfrutar con “El Hobbit” y no contento con utilizar las tres dimensiones para hacer que la Tierra Media cobre vida ante nuestros ojos la inmersión será total al utilizar el doble de fotogramas por segundo, lo que redundará en un aspecto aún más verídico, natural y asombroso de las películas. Y aún hay más.
Sonriente como el consabido niño con los zapatos nuevos.
Y no es para menos porque el juguete nuevo de Peter Jackson podría revolucionar el cine. Tampoco ha inventado nada que no llevase años inventado, aunque por razones técnicas y económicas aumentar los fotogramas por segundo no ha sido una prioridad para la industria cinematográfica.
La ventaja de contar con un mayor número de fotogramas por segundo es bien conocida por todos los aficionados a los videojuegos de acción, cuando la tarjeta gráfica echa humo por manejar 60 fps y disparates así todo se ve mucho mejor, con una claridad y definición de detalles diáfana. Pues imagina eso en la pantalla del cine en lugar de tu monitor.
Como cada tecnología que trata de hacer aún más espectacular las películas, aunque sólo sea como excusa para llevarnos a unos cuantos millones más de espectadores al cine lo cierto es que no tardaremos en ver alguna otra peli subirse al carro de los 48 fps, que sumados a un 3D decente (y no de postproducción, como en algunos títulos) quizá no llegue a convertirse en un estándar de la industria pero seguro que sí alcanza gran popularidad.
Aunque es cierto que no todos los films están hechos para aprovechar las ventajas de estos sistemas. Imaginemos una peli de Woody Allen a 48 fps y en 3D. Bueno, si es de las que hace con Scarlett Johansson igual sí merece la pena
No hay comentarios:
Publicar un comentario